sábado, 22 de octubre de 2011

Resumen del libro: LA REEDUCACIÓN PSICOMOTRIZ Y LOS PROBLEMAS ESCOLARES. G.B. Soubiran y P.Mazo.

Este libro enfatiza la técnica psicomotriz como herramienta valiosa, tanto en los niños que tienen algún problema escolar como en aquéllos que, sin padecerlo, pueden enriquecerse de experiencias que favorecen su evolución intelectual y emocional.  Dicho tratamiento está enfocado a cada caso en particular a partir de la diferenciación de si se trata de un niño con un gran /débil déficit motor y de un gran / débil en cuanto a reacciones emocionales.
Parte de la base de otorgar valor a la relación articulada del ámbito afectivo, escolar y psicomotriz con el objetivo de recuperar en los niños el ritmo propio de cada estadio. Por ello, tiene como finalidad un adecuado desarrollo psicomotriz, considerando como bases de la motricidad la velocidad (ritmo) y la habilidad (equilibrio).  Pretende conseguir  unos efectos psíquicos y escolares óptimos en el niño y con todo ello una adecuada repercusión afectiva, caracterial y social.
En el proceso de tratamiento se realizar un examen exhaustivo i multidisciplinar con el objetivo de conocer la  dificultad concreta que padece y poder situar al niño en unas condiciones que le sean facilitadoras según su personalidad, para después ir incrementando el nivel de exigencia sin que el niño lo viva de manera amenazadora o tensa (en grupo o individualmente).  Para ello se expone una serie de técnicas que combinan la relajación con ejercicios corporales (equilibrio, habilidad manual, adaptación temporo-espacial,...) a partir de los cuales se pretende que las funciones existentes puedan desarrollarse y manifestarse a través de un preciso control del impulso y la inhibición, básicos para la elaboración de actos que facilitan la ejecución de las tareas escolares.
A partir de ellos, se potencia la inteligencia, la conciencia del acto y la elaboración de representaciones mentales precisas de la acción, hecho que permitirá su autorregulación y una mejor organización. Se tiene que trabajar con el propio cuerpo pidiéndole esfuerzos proporcionales a sus posibilidades.
La reeducación se remonta a las causas, a los mecanismos de base que están en el origen de la vida mental normalizando, así, la sintomatología. Para alcanzar este estadio se apoya en compensaciones descubiertas por el propio niño que le ayudan a mejorarlas o a hallar otras. Lleva al individuo al estado de equilibrio y armonía en el que sus facultades, y en especial su inteligencia, se desarrollan y se hacen eficaces.
Como conclusión exponen los autores que tras la reeducación psicomotriz el niño debería haber tomado contacto con él mismo y haber conquistado interiormente el espacio y el dominio motriz pudiendo así desarrollar sus facultades y con ello mejorar dentro del ámbito escolar.

1 comentario:

  1. Personalmente, coincido en su desarrollo de la evolución interna y externa que suele tener un niño que sufre dificultades psicomotrices, aunque considero que los rasgos que diferencian las diferentes formas de carácter (inhibidos, inestables y débiles) son borrosos y no delimitan con claridad el área específica que a cada una de ellas corresponde. Por otra parte, gracias a los casos prácticos y a la explicación detallada y precisa de las diversas técnicas psicomotrices corporales y de relajación considero que suponen una gran compilación a tener en cuenta.
    Es oportuna la consideración que se hace sobre cómo la aparición de dificultades primarias pueden evolucionar en reacciones secundarias y que a partir de las compensaciones, caracteres y/o camuflajes que compensan las demandas excesivas del medio, le hacen reaccionar de manera disfuncional (hacia conductas disfuncionales).
    Ciertas inestabilidades enmascaran dificultades de adaptación escolar que se manifiestan en el colegio y no tiene por qué manifestarse necesariamente en casa.
    También me parece muy precisa la anotación que hace sobre cómo esa inadaptación personal puede pasar desapercibida sobretodo en niños muy exigentes, hasta que el esfuerzo es demasiado grande y se descompensan.
    Considero, también, que el niño que sufre con mayor dureza las dificultades tiene como factor agravante su medio, normalmente plagado de incomprensión, impaciencia e irritaciones, que acentúan los trastornos del carácter y desarrollan los sentimientos de inferioridad, la culpa y la pobre seguridad en uno mismo. Situación que se relaja en el momento que se reconocen las dificultades en el niño, pasando éste de perseguidor a víctima.
    Mi práctica profesional me ha permitido dar crédito a la evolución que sufre el niño cuando observa un cierto número de cambios positivos y que sus posibilidades de acción mejoran: el refuerzo en sus éxitos por parte del terapeuta (adulto fiel, predecible y estable) modifica la posición frente a sí mismo, a su familia y a la escuela, devolviéndole la confianza. Se desarrolla el gusto por el esfuerzo, la iniciativa y se obtienen mejores resultados en el colegio
    Soubiran anota con sensibilidad el trabajo dentro de circunstancias que sean facilitadoras para el niño en un inicio, para después llegar a desencadenar y mantener su control en las circunstancias que le sean más traumatizantes. Y da una importancia, para mí básica, al control del gesto para pasar de vivir las experiencias temporoespaciales de impuestas desde el exterior a internas, reconociendo como propia la sensibilidad quinestésica de su cuerpo.
    Es de gran importancia una amplia formación por parte del psicomotricista para poder realizar una terapia psicomotriz. Debe saber trabajar en un grupo de niños que tengan un mismo nivel para poder facilitar y ofrecer posibilidades de fácil ruptura con su conducta habitual, sabiendo expresar también a la familia la situación global del niño sin etiquetarlo y haciéndoles entender la relación existente entre las dificultades escolares y el estado emocional.

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