miércoles, 22 de diciembre de 2010

Resumen del libro: LA EUTONÍA. Gerda Alexander.


Esta obra se centra en la eutonía como método para experimentar la unidad psicofísica del ser humano alcanzando una conciencia más profunda de su realidad corporal y espiritual. Para ello aplica una acción indirecta sobre las funciones vegetativas y mantiene una adaptación dinámica y creadora constante.
El concepto de eutonía fue acuñado por primera vez por Gerda Alexander para designar el sistema de conocimiento del cuerpo basado en la percepción de éste a partir de experiencias vividas.
La eutonía se caracteriza por la eficacia y la reducción de los gestos corporales y facilita un intercambio dinámico con los demás a través de técnicas no dirigidas, creativas y activas. 
El método se basa en la toma de conciencia y la liberación de las fijaciones tónicas, que son manifestaciones de inhibiciones o de traumatismos, a menudo de origen psíquico. Primero en situación de reposo, luego en movimientos simples, hasta el perfecto juego conjunto con el compañero o con el grupo en el que ninguno dirige ni es dirigido, sino que una impulsión común se realiza en el espacio.  Para ello se usan diversas técnicas (desde las variaciones voluntarias del tono hasta la realización de las propias posibilidades de movimiento, pasando por la noción de la conducción por la vía ósea de las ondas mecánicas).
Uno de los objetivos primordiales de la eutonía es que el hombre llegue a su propia esencia, oculta por los hábitos y las exigencias del medio, recobrando la adaptabilidad de su tono muscular y devolviendo la flexibilidad perdida por efecto de fijaciones producidas en la infancia (lo cual arrastra, entre otros hitos, a una normalización del esquema corporal), hasta encontrarnos con el estado máximo de libertad que nuestra realidad biopsicosocial permite.
La actitud del profesional debe ser personal, equilibrada, observadora, receptiva y atenta, mostrando una neutralidad que respete íntegramente la personalidad del alumno. Para ser profesor de eutonía es indispensable aprender primero a vivir la eutonía en el propio cuerpo.  Desarrollar en el alumno la capacidad de observar, sin prejuicios, las reacciones que se producen en el propio cuerpo.
Pero sería un error pensar que el alumno no es el eje principal del trabajo: es él el constructor de su propio desarrollo y para ello precisa de una capacidad de observación profunda, consciente, neutral y la capacidad de buscar sin impacientarse por la llegada de un resultado concreto fijado de antemano. Él ha de ser quien recobre el equilibrio a partir de la práctica integrada en los movimientos (y la progresiva normalización, regulación e igualación del tono).
Una correcta aplicación del método eutónico establece la restauración de la sensibilidad de toda la superficie del cuerpo, que se traduce en una mejora de la imagen corporal. Así mismo, se asume la regulación del equilibrio vegetativo, la supresión de las fijaciones de tono y la eliminación de las fijaciones psíquicas, incrementa la flexibilidad del tono y la comprensión intelectual del otro. Además, posibilita la realización de las propias posibilidades de movimiento.

1 comentario:

  1. Considero, de acuerdo con la autora, que la eutonía constituye una técnica difícil de describir ya que su originalidad consiste tanto en su pedagogía de aplicación como en la experiencia vivida por el alumno en el momento preciso de aplicación. Por ello, creo que resulta complicado comprender cómo se puede llegar a percibir partes del cuerpo generalmente consideradas insensibles en estado normal y ser capaz de llegar a tal punto de confluencia entre el estado físico y psíquico.
    Además, la filosofía me recuerda en gran medida a la establecida por el matrimonio Neill en la escuela de Summerhill y me hace pensar, por consiguiente, en la enorme responsabilidad del alumno a la hora de implantar el método. Summerhill y el método eutónico comparten la libertad de movimientos dirigidos a la realización total del sujeto y la preponderancia del actuante con respecto al guía (el terapeuta o el profesor), que confía enteramente en sus capacidades y elecciones.
    Por eso cada alumno experimenta la multitud de sus posibilidades sin demostración alguna por parte del profesor, sin indicación de ritmo o de forma y sin acompañamiento musical que estimule. En una palabra, el tutor demuestra al alumno su confianza sin condiciones, y le estimula para tomar las riendas de su propia evolución.
    Los resultados de las investigaciones contemporáneas han confirmado las relaciones estrechas y las interacciones constantes entre el tono y la actividad cerebral y nuestro psiquismo y de ahí su importancia dentro de la sociedad occidental, en la que cada vez son más numerosos los casos de manifestaciones psicosomáticas (y puede esta técnica tener un papel preeminente en el tratamiento de estas manifestaciones).
    También es importante mencionar la importancia de los cambios de conciencia sobre uno mismo ya que éstos nos pueden modificar las tensiones internas.
    Me parece oportuno apoyar el hecho de promover este tipo de enseñanzas en el sentido de promover la propia individualidad del movimiento, en función de las posibilidades de cada uno y así poder encontrar las regularidades corporo-espirituales dentro de sí escapando de los estilos, las técnicas y las modas que por lo general buscamos o sufrimos sin advertirlo siquiera.
    Personalmente, el método de eutonía representa una forma de terapia nueva, que abre posibilidades absolutamente insospechadas tanto para el tratamiento de enfermedades psicosomáticas como para tratamientos ulteriores de muy distintas afecciones.

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