jueves, 4 de noviembre de 2010

Resumen del libro: LA ESCRITURA DEL NIÑO. La reeducación de la escritura. J. De Ajuriaguerra.


El objetivo de este libro es reunir un compendio de técnicas para tratar diversas dificultades de la escritura, obtenidas a partir de un estudio de 100 casos de reeducación. El punto de partida teórico se basa en el esbozo del método de reeducación de la escritura de Hélène de Gobineau y de las técnicas usadas por Callewaert, por Mme, Borel-Maisonny y por le Bon Départ.
Se da gran importancia a la reeducación como técnica de tratamiento, con el objetivo de obtener la máxima expresividad del cuerpo del niño y de su lenguaje según su tono motor (lo  que J. Ajuriaguerra y Vayer llaman un diálogo tónico y Aucouturier acuerdo tónico) con el mínimo consumo energético, abordando el desajuste de la personalidad global  y de su escritura en particular. Todo ello desarrollándose a partir de ejercicios gestuales y sus consecuencias en la flexibilidad del niño.
Igualmente, las diferentes partes del método se dirigen al conjunto de la personalidad, a los síntomas más manifiestos y a las causas de los trastornos. Los datos referentes a cada uno de estos tres ejes de trabajo han sido obtenidos con anterioridad por una evaluación global (psicológica, clínica, neurológica, educativa y familiar) que contextualiza la sintomatología del niño.
Podemos decir que el proceso de tratamiento se desarrolla en dos fases:
Primero se suele actuar sobre el conjunto, para que el niño se exprese, cambie su actitud hacia el lenguaje escrito y se relaje,  pudiendo modificar su tono muscular. Esto le facilita unirse al lenguaje escrito como modo de expresión propio, de confirmación personal de lo que se dice, expresión y de intercambio. La relajación y las otras técnicas de distensión (pictográficas y criptográficas) tienden a suprimir las crispaciones (que hacen desagradable el acto de escribir) y el malestar general de la personalidad, que suele ser consecuencia o causa del malestar gráfico. Además, apuntan a la distensión para conseguir la expresión más cómoda y un gusto por ésta.
Posteriormente se suelen aplicar las distintas técnicas (estudio de las letras, formas que favorecen la escritura, la presión, el ritmo, la velocidad y la escritura personal) según la persistencia de las dificultades. Paulatinamente se producen mejoras, el niño empieza a progresar y ha confiar en sí mismo y en la reeducación (y a adquirir la expresión escrita como medio de comunicación personal). 
El profesional que realiza la reeducación debe tener una serie de actitudes personales y técnicas: es básico despertar la motivación del niño mostrándole comprensión, adecuando el modo como se le explican sus dificultades y los medios para superarlas. En todo caso, no obstante, es preciso mantener una actitud de flexibilidad y disposición ante la variación compaginando esa actitud con una aplicación de la técnica exhaustiva
            Por otra parte, la actuación general ha de adecuarse no solamente a la personalidad de cada niño, sino también a la forma clínica en que se manifiesta su trastorno, como pueden ser los desórdenes de la organización motriz, del gesto y de la organización del espacio, la zurdería o los inicios de calambres.

1 comentario:

  1. Considero que el Dr. Ajuriaguerra introduce grandes innovaciones en las concepciones de la psiquiatría infantil al poner de manifiesto el importantísimo papel que desempeña el medio y muchas causas proveedoras de conflictos en el niño. Es, en cierto sentido, el eslabón que enlaza a Wallon y su colaborador Zazzo (y su actividad en el Laboratorio de Psicología del Niño en el Hostpital Henri Rouselle) con la psicomotricidad tal y como hoy la conocemos.
    Muestra una buena conjugación en otorgar a la psiquiatría infantil el valor independiente como ciencia mientras expone la importancia de contextualizar los síntomas que muestran los niños dentro de los diversos campos, potenciando así el trabajo interdisciplinar, óptimo para la práctica clínica.
    La práctica terapéutica ha de desarrollarse en el sentido en que el Dr. Ajuruaguerra exponer su método: de una forma abierta a la confrontación con las diversas formas del pensamiento, sin aferrarse a posturas rígidas y supuestamente definidas. No obstante, considero que la flexibilidad y adecuación no han de suponer en ningún caso una práctica poco exhaustiva, que sólo implicaría una aplicación automática y mecanizada.

    Estoy de acuerdo con las anotaciones sobre la importancia de una adecuada relación terapéutica como motor para alcanzar los objetivos de la reeducación. La elección de la técnica ha de estar dirigida al niño en su globalidad biopsicosocial.
    Por último quisiera resaltar la importancia que se da a la postura corporal como eje de reafirmación y de seguridad personal. El cuerpo transmite los conflictos internos reprimidos y es básico para el tratamiento reestablecer un equilibrio físico.
    En mi práctica, hasta ahora, he dirigido mi actuación sobre niños con dificultades en la escritura basándome en una doble vertiente: tan importantes son las técnicas gráficas como las no gráficas. Mientras que las primeras atienden al necesario desarrollo de la capacidad motriz fina (desde los dibujos libres hasta los diseños progresivamente más finos y más parecidos a la escritura), las técnicas no gráficas atienden más al equilibrio global del cuerpo, la coordinación, el asentamiento del esquema corporal y la lateralidad.

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