«Cuando la relación
alimentaria con el pecho en el nivel infantil empieza a ser reconocida en la
experiencia transferencial, la terminación inmediata amenaza en el horizonte y
el temor a una finalización prematura gravita desde entonces en todo el trabaja
siguiente». Con este fragmento se inicia el Capítulo V del libro El Proceso Psicoanalítico de D.
Meltzer.
Desde un nivel infantil el temor a una interrupción prematura
dentro del proceso psicoanalítico interactúa con la preocupación depresiva por
los “bebés de la madre” y rige la lucha por la integración. En este nivel el
analizado parece adherirse tenazmente a la persona del analista.
Desde un nivel más adulto surge como una estimación estética
e intelectual del proceso psicoanalítico que conduce al paciente a ceder su
turno al próximo analizado y ahorrar al analista trabajo innecesario.
Cuando se alcanza este nivel más adulto, el foco principal de
la alianza terapéutica es la cooperación en la toma de decisiones, incluida la
decisión de finalizar la terapia.
También se da un asombroso interés por el trabajo analítico, con
predominante control del acting out y
una continua recolección de material para análisis tanto de la vida cotidiana
como de la vida onírica. Se da una apreciación de la belleza y la bondad del
proceso analítico y del método para descubrir la verdad. Estos logros reflejan
un establecimiento interno de la dependencia introyectiva infantil del pecho de
la madre, y en segundo lugar la diferenciación de niveles por la cual el
segmento más maduro de la personalidad, a través de la identificación
introyectiva, comienza a desarrollar su capacidad para la introspección y el
pensamiento analítico y para la responsabilidad. Estos logros preparan la
escena para el trabajo de terminación por un lado y para el interminable
trabajo de la búsqueda de la integración a través del análisis y el autoanálisis
por el otro.
Se podría decir que la finalización del análisis o destete se
presenta como una posibilidad real con el primer reconocimiento de la
experiencia introyectiva del pecho en la transferencia y desde entonces pende
de la cabeza del paciente y del terapeuta.
Se presenta a través de un cambio sorprendente durante las vacaciones,
generalmente la interrupción más larga que es la del verano, de las cuales el
paciente regresa habiendo dado un paso hacia adelante en contraste con la usual
regresión. A partir de este momento las interrupciones suelen ser vividas por
el paciente como una tarea a realizar que implica confianza depositada en el
paciente por el analista y no abandono. En esta situación depresiva, la
atención por el estado físico y mental del analista, la urgencia en diferenciar
la persona del analista en el mundo externo de las figuras transferenciales
proyectadas por la realidad psíquica y la sensibilidad ante intrusiones
externas en el proceso analítico se intensifican o también pueden aparecer por
primera vez.
Debido a la frecuencia portadora del proceso de destete los
conflictos de integración más tormentosos aparecen como una modulación. En
cierto sentido está relacionado con el Complejo de Edipo. A medida que se
establecen con las figuras internas y externas relaciones más de objeto total,
la particular preocupación por el aspecto reproductivo del coito cobra
importancia. Este problema del aspecto reproductivo del coito de los padres
guarda una relación de importancia con el problema de la integración por un
lado y con el de la terminación por otro. Este último es bastante obvio por su
referencia a la “espera del próximo bebé” que ocupará su lugar frente al lecho
de la madre. Lo que resulta menos obvio es que la misma experiencia controla el
movimiento hacia la integración de las partes del self escindidas. Este paso está frecuentemente reflejado en los
sueños y asociaciones por el material que habla del bebé nuevo en la familia.
Al final del artículo el autor hace una diferenciación entre
los tres distintos tipos de finalización del trabajo analítico: la terminación,
la interrupción por razones externas y la interrupción debida a un impasse terapéutico.
La terminación
Una vez se fija la fecha de la terminación se da un proceso
frenético de revisión del proceso analítico. El propósito de esto parece ser no
tanto el de consolidar la experiencia en la mente del paciente como el de
comprobar, usando la propia memoria, la introyección que el analista ha
efectuado del paciente como persona. El proceso analítico que acompaña a la
fijación de una fecha para la interrupción impuesta es muy doloroso, dado que
una sistemática destrucción de todo el trabajo analítico previo comienza a
ahogar los esfuerzos del analista por salvarlo.
La interrupción por razones externas
La interrupción por razones externas es el desenlace usual
del análisis de niños, excepto cuando los padres se han analizado.
La interrupción debida a un impasse terapéutico
La interrupción debida a un impasse terapéutico es el
desenlace más usual en el trabajo con pacientes adultos, especialmente con el
grupo de pacientes borderlines.
No hay comentarios:
Publicar un comentario