El capítulo 2 de la Metapsicología
aplicada inicia con dos reflexiones.
¿Cómo hemos de distinguir aquellos elementos del
comportamiento que representan manifestaciones llenas de sentido de la
personalidad pensante, de aquéllos que representan maniobras sociales de adaptación
instintivas o aprendidas?
¿Cómo hemos de hacer para diferenciar en nuestros pacientes y
en nosotros mismos aquellos fenómenos que resultan de las experiencias
emocionales sujetas a la formación simbólica, el pensamiento, el juicio, la
decisión y las posibles transformaciones a un lenguaje, de aquellos otros que
son habituales, automáticas y no intencionales?
A continuación hace un breve recorrido histórico.
El pasaje de un modelo estructural llevó a Freud desde una
ciencia explicativa preocupada por las causas, a una ciencia descriptiva más
preocupada por el significado. Estaba todavía atrapado por toda la tradición
filosófica aún no desafiada, según la cual la razón está atada al lenguaje y el
pensamiento es sinónimo de lógica. Para Freud, el sistema inconsciente seguía
siendo un pantano de confusión primitiva, en tanto que el pensamiento comenzaba
en el pre-consciente, donde las representaciones cosas eran reemplazadas por
representaciones palabras.
Klein empujó ese límite hasta los primeros días de vida
post-natal, a través del concepto de la fantasía inconsciente. Debía tomarse
como algo ligado a la propia naturaleza del animal humano, como parte de su
historia vital. El mundo interno de objetos cobraba forma a través de la
interacción de la proyección e introyección, sin preocuparse por interrogantes
conceptuales.
Money-Kyrle enfrentó el problema del desarrollo cognitivo
planteado por la visión de M. Klein.
W. Bion desarrollo el supuesto tácito según el cual el
pensamiento forma parte de la historia natural de los seres humanos. Comenzó a
observar las evidencias perturbadoras del pensamiento e incapacidad para pensar
en algunos de sus pacientes. Una de las ideas medulares de su teoría sostiene
que si ocurre una experiencia emocional y ésta no es procesada para formar
representaciones simbólicas que pueden ser usadas para sueños, pensamientos,
memoria, pensamiento, juicio, decisión y acción, será necesario evacuar los
incrementos de estímulos.
Al plantearse qué es una experiencia emocional y cómo podemos
saber qué está sucediendo en nosotros o en otra persona, según Bion estaríamos
tratando de definir la diferencia entre la actividad mental humana y la
subhumana, es decir, entre la actividad de la mente y entre la del cerebro.
Bion nos ha hecho saber que gran parte de nuestra vida es vivida en estado de desmentalización, es decir, fuera del
área en la cual las experiencias emocionales son aceptadas y se observan y se piensan
acerca de ellas mediante la simbolización del significado de las emociones
evocadas. Bion nos ha proporcionado un formato básico para la descripción de la
disrupción del pensamiento incipiente a través de lo que denominó la función alfa operando en forma invertida
para producir elementos huellas de yo y superyó. De manera que la formación
simbólica comienza, pero encuentra tal dolor mental que canibaliza lo que ha
comenzado a formar, y los deshechos producidos por este nuevo proceso contienen
retazos de sentido adheridos a sus fragmentos.
Según Bion existe un proceso que denominó aprender de la experiencia que nos ayuda
a distinguir las experiencias emocionales de los estados de excitación o
bombardeo de estímulos.
El bebé humano es capaz de responder ante la belleza del
mundo y ante su inevitable fragilidad.
Elautor hace una clasificación de las emociones en: las que
celebran la percepción de la belleza del mundo, otras que se lamentan de su
fragilidad y otras provocadas por la tragedia de su perversión. M. Klein
descubrió que la belleza exterior de la madre y el misterio de su interior
despiertan la sed de conocimiento tanto como la de leche en el bebé. Bion
subrayó que el impacto no es solamente frente a la belleza del cuerpo de la
madre y su misterio, sino también frente a la de su mente. Consideró que este
objeto admirado era un objeto combinado, materno y paterno, pecho y pezón,
continente y contenido y lo designó con los símbolos de femenino y masculino.
Pero si bien esta belleza y misterio despiertan la inteligencia del bebé para
conocer, Klein claramente vio que también se despierta la estupidez de la envidia
o lo que Bion llamó emociones negativas. De esta manera Bion opuso las emociones
negativas y positivas como los vínculos de las relaciones mentales humanas
(amor L, odio H y conocimiento K frente a menos amor -L, menos odio –H y menos
conocimiento -K).
Por ello, y según Bion una experiencia emocional es un
encuentro con la belleza y el misterio del mundo que se despierta un conflicto
entre L, H y K y –L, -H y –K. En tanto que el sentido inmediato es
experimentado como emociones quizás tan diversas como los objetos capaces de
evocarlas en esa forma inmediata, su significación siempre se refiere, en
última instancia, a las relaciones humanas íntimas.
Si hablamos del sentido de este modo, donde la emoción
constituye la manifestación primaria, la significación debe ser vista como su
elaboración, dentro de la imagen general del mundo construida por la
imaginación. Cada vez que una emoción da a luz una nueva idea, se desencadena
un cambio catastrófico anunciado por la ansiedad catastrófica, dado que toda imagen
del mundo debe reordenarse para dar cabida a la nueva idea.
En el texto se reserva el término relaciones humanas íntimas
para las experiencias emocionales capaces de desencadenar el pensamiento.
El lenguaje puede ser visto como una sofisticación progresiva
y no debemos sorprendernos si esa forma de simbolización es accesible incluso
para el feto, de un modo primitivo, durante los últimos meses de gestación.
A continuación se comenta el caso clínico Marco, expuesto en
la Universidad de Nápoles, en un seminario en el Departamento de Psiquiatría
Infantil de la Profesora Anna María Galdo. La Dra. Mariella Albergamo hizo una
presentación que se ajustaba al trabajo.
En las sesiones de terapia del caso Marco, se observaba como
su protección frente a la ansiedad se transformaba en una comunicación
intelectual que da la impresión de que sus emociones están desconectadas de sus
ideas. Une sus palabras para expresar opiniones, pensamientos filosóficos y
conceptos abstractos acerca de personas y emociones pero éstos, generalmente,
carecen de resonancia emocional. Marco es un niño instrospectivo e inteligente
que ha crecido en un ambiente de hostilidad entre sus padres, en un periodo de
separación con la correspondiente lucha por su lealtad. El consecuente intento
de enfrentar la crisis a través de un incremento de sus mecanismos obsesivos,
no le permite ser capaz de seguir el paso a la aceleración de su capacidad para
la observación, el deseo y la emoción. Desarrolla una visión de la belleza
confundida con la idealización y el deslumbramiento del elitismo. Las sesiones
de alguna forma logran aliviarlo y se sorprende por su grado de ansiedad
frente a la proximidad de las
vacaciones.
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