El pequeño grupo terapéutico y las vicisitudes de la interpretación.
La interpretación
Parece imposible lograr precisión
por medio de la interpretación; no parece que exista razón suficiente para
suponer que alcanza su finalidad. Si se interpreta a nivel individual, el
fracaso reside en que está influenciado por el SbD (en el cual el grupo se
compone de pacientes que dependen del médico).
El liderazgo del terapeuta dentro del grupo varía al verse éste como una
persona en apuros más que como un terapeuta que aclara la realidad externa
netamente percibida. Al interpretar los aspectos de contribución individual
lleva al grupo a refugiarse en puerilidades y finalmente en el silencio. Si interpreta a nivel grupal el grupo se
vuelve resistente.
Diferencia entre cooperación y valencia
Cooperación: trabajo consciente o
inconsciente con el grupo dentro del plano tratamiento.
Valencia: Disposición del
individuo para combinarse con el grupo al hacer y actuar de manera espontánea e
instintiva de acuerdo con los principios básicos (estados que apenas podrían
llamarse mentales). Si la capacidad para combinarse es grande se considera
valencia elevada y si es pequeña valencia baja.
Dilemas
Si se interpretan ciertos dilemas
como el sentimiento de culpa como expresión de desaprobación, poco a poco el
grupo se muestra menos bloqueado y participa más activamente dentro del
grupo.
Ej. Demostración de que no existe
ninguna posibilidad de que el individuo no haga nada en un grupo, ni siquiera
cuando no hace nada. Se llega a la
conclusión que todos los miembros del grupo son responsables del comportamiento
mismo.
El Dual del SbD
Aparece una estrecha conexión en
el SbD entre liderazgo del grupo y el miembro psiquiátricamente más perturbado.
El grupo se empeña en sostener, calmar, suavizar, halagar y mostrarse deferente
con el más enfermo de sus miembros, que suele ser el líder.
Ej. Grupo religioso donde el SbD
es activo y vital. El líder no es una persona concreta para evitar por ejemplo
la elección por medios “inconstitucionales” como la votación. Dicho
funcionamiento genera ansiedad, no sólo el peligro inherente a un liderazgo incompetente
(que no siempre se da).
El aspecto del SbD se presenta
cuando los individuos consideran al terapeuta como una persona con la que cada
uno tiene una relación exclusiva. Consideran que el terapeuta resuelve todos
los problemas de los individuos y tiene un especial interés en el bienestar
individual. Por ello pueden vivir las interpretaciones hechas por mí o por
otros (como supuestas autoridades y que merecen mayor consideración).
La dualidad se resume en: yo no
nutro ni protejo al grupo, en consecuencia éste debe nutrirme y protegerme a mí.
Eje. El pueblo se sacrifica en
pro de un individuo. El enfrentarse con
un SbD absorbe energías del grupo, ya que estas energías podrían haber sido
dedicadas a las realidades externas de la seguridad del grupo.
Dentro del SbD es tan necesario
contar con alguien que dependa como con alguien de quien depender.
Proceso del líder
Elección – trato deferente
y de alabanza – observación sobre si el terapeuta siente celos – liderazgo bien
establecido – surgen dificultades – el grupo vuelve al terapeuta por miedo a una
dictadura.
Oscilación emocional en un grupo
El líder y el psiquiatra
terapeuta están corporizados en la misma persona. Al mismo tiempo que el grupo
reconoce que el líder elegido se halla seriamente perturbado, el grupo está
obligado a creer que es el líder del cual se puede depender. La distancia que
separa estas dos creencias es grande. El resultado es que el grupo ya no puede
dominar la situación emocional y se extiende con explosiva violencia a otros
grupos. El grupo se ve imposibilitado de contener sus emociones.
Es necesario que el terapeuta
encuentre interpretaciones que den al grupo insight
de lo que sucede vinculando el SbD con el tratamiento.
No hay comentarios:
Publicar un comentario